Pedir lo que necesitas¿Fortaleza o debilidad?
Las personas estamos llenas de expectativas irreales. ¿Te ha pasado que en tu aniversario esperas que tu esposo/a llegue con un regalo y proponga un festejo romántico y eso no pasa? Y entonces en lugar de decirle lo que te gustaría, o improvisar un plan maravilloso tú misma/o, te dedicas a mandar señales agresivas o a hacerle la “ley del hielo”. La frase que se ha puesto muy de moda es “Si tengo que pedirlo, ya no lo quiero”. Pero ¿Hemos considerado que cada persona tiene distintas formas de amar y expresar ese amor? ¿De quién es la responsabilidad de cubrir mis necesidades? ¿Mía o de mi pareja/hijos/amigos, etc? Siempre que ponga esa responsabilidad en los otros, estaré muy insatisfecho y enojado, porque la gente no tiene la posibilidad de adivinar ni de leer mi mente y además, casi nadie queremos hacer algo cuando nos chantajean, manipulan, forzan a ello, por ejemplo, con la ley del hielo. Es decir que muchas veces generamos lo opuesto a lo que queríamos y no supimos pedir.
La habilidad para pedir lo que necesitamos se llama asertividad y desafortunadamente casi nunca la aprendemos en la infancia ¿Por qué? Porque vivimos en una cultura muy violenta que nos enseña que pedir es una debilidad, entonces hay que aprender a manipular, chantajear o forzar a los otros para salirnos con la nuestra. Pedir implica respetar los derechos del otro, incluso su derecho a decirme “NO”, aunque mi necesidad sea muy grande. Para pedir, hay que estar dispuestos a no tener eso que se quiere y esto no es muy sencillo de aprender.
Para poder aprender a aceptar un NO como respuesta, tengo que ser consciente de que mis necesidades son mi responsabilidad y que aunque alguien no quiera ayudarme a satisfacerlas, yo tengo el poder de hacerlo por mi misma. Por ejemplo, si quiero ir al cine a ver una película que me encanta, pero no quiero ir sola, puedo pedirle a diferentes personas, alguna seguro aceptará. Incluso puedo aprender a disfrutar de mi tiempo sola/o, a disfrutar mis tiempos, mis momentos, tener hobbies, aficiones y conociendo estas áreas de mi será más fácil encontrar personas que quieran compartirlas. La pareja, la familia o los amigos no están obligados por el hecho de quererma a acompañarme en todo o a compartirlo todo conmigo.
Algunas veces estos reclamos se dan a nivel inconsciente, por situaciones de la infancia que viví de modo doloroso, en las cuales necesitaba mucho algo que mis padres o cuidadores no pudieron o no quisieron dar. Si este es tu caso, recuerda que siempre puedes iniciar un proceso terapéutico para escucharte y resignificar estas historias que hoy duelen, pero que pueden convertirse en una gran fortaleza. Hoy eres un adulto y puedes darte todo lo que necesitas, tienes esa capacidad y descubrirla es una gran aventura y una gran oportunidad.
* Mitsi Nieto Durán es Psicóloga por la UAM Xochimilco, Maestra en Clínica Psicoanalítica por la Universidad de León, en España. Maestra en Educación, por la UPN. Doctora en Ciencias Sociales, con especialidad en Educación, por la UAM Xochimilco. (Y muy orgullosa mamá de un varón).
Correo: mitsinietod@yahoo.com.mx